Eleccciones Estados Unidos
Iraq ha pasado factura. Parece que no hay duda de que la causa del vuelco electoral en Estados Unidos ha sido el conflicto bélico. Los resultados de las elecciones legislativas celebradas el pasado martes han otorgado al partido demócrata, la Cámara de Representantes y el Senado. Podríamos admitir que aunque Bush no se presentaba, su partido era el saco de los golpes, recibiendo los palos que los ciudadanos le dedicaban a él.
Llama la atención el voto pragmático de los estadounidenses ya que dejan a un lado las ideologías para ceder a la valoración que merece las actuaciones llevadas a cabo por los gobernantes.
El nuevo gobierno de Irak es incapaz de evitar la violencia que asola a un país que sólo tiene un punto de acuerdo: el odio a Estados Unidos.La situación en Iraq es un desastre interminable que sólo da a conocer las bajas propias como los soldados norteamericanos muertos -más de 2.500-, los fallecidos en Iraq y los numerosos riesgos que supone la presencia de Estados Unidos allí. Por lo tanto, los objetivos marcados o anunciados más bien por Bush brillan por su ausencia.
Hay que admitir que Saddam Hussein ha sido juzgado y hasta condenado a muerte pero el gobierno surgido es incapaz de evitar la violencia que asola a un país que sólo tiene un punto de acuerdo: el odio a Estados Unidos. La guerra consiguió dejar fuera a Saddam pero agravó el terrorismo internacional. Todo ello por ocupar un país de forma ilegítima y por las buenas. Los demócratas supieron recoger la insatisfacción del electorado, fundamentalmente por la guerra supuestamente "preventiva". Como nota significativa, no podemos olvidar que el resultado dio lugar a la "renuncia" del secretario de Defensa Rumsfeld, quien fue uno de los principales impulsores de la guerra de Irak. Tampoco se puede dejar fuera la noticia de que una gran parte de demócratas secundaron la intervención de Iraq.
Han sido las elecciones legislativas con mayor participación desde 1982 con un porcentaje del 40,4 por ciento de votos, de los cuales, 31,7 millones de papeletas fueron a manos de los demócratas.
Como resumen, podemos decir que estas elecciones complicarán los dos últimos años de mandato de la actual Administración de Washington.