Los vecinos exigen que el Consistorio modifique la rehabilitación del centro
El Ayuntamiento de Petrer ha conseguido su propósito. Sacará adelante una reforma integral del centro urbano a pesar de la demolición de viviendas que eso conlleva. Los afectados aseguran que la concejal de Urbanismo no les ha explicado la realidad con transparencia a pesar de haber mantenido varias conversaciones con ella. Dicen no entender las pautas seguidas
para el trazado del proyecto porque, por ejemplo, de una misma manzana todos los vecinos salen perjudicados a excepción de un edificio de Telefónica.
Numerosas vecinas afirmaron que desde que conocieron la noticia no han podido conciliar el sueño y e incluso algunas de ellas han caido en una depresión. El plan urbanístico afecta en su mayor parte a viviendas de personas jubiladas. Varios de los ciudadanos que viven en la calle Joaquín Poveda afirmaron a este blog que allí se prevé que se construya un aparcamiento.
Virginia García es una mujer de 65 años que perderá la casa en la que vive desde que nació. Ella piensa que "el Ayuntamiento quiere quedar bien y por eso dicen que no nos expropiarán. Nos tendremos que conformar con lo que nos den porque de otra forma lo perderemos todo. Y lo peor es que ellos quedarán como si hubiesen actuado de la mejor manera".
En el área situada frente a la Explanada, los vecinos tampoco entienden por qué deben derribar sus inmuebles para hacer un patio interior cuando en los alrededores hay numerosas zonas verdes infrautilizadas.
Los afectados han constituido una plataforma para manifestarse en contra del proyecto y pedir al Consistorio que valore su situación. Aseguran estar dispuestos a reivindicar sus derechos e incluso realizar actos de protesta para exigir que modifiquen la rehabilitación del centro de la ciudad. Los propietarios de las fábricas de la zona afectada están convencidos de que esta demolición también les perjudicará y agravará su particular crisis industrial.
En la sesión plenaria del pasado 23 de diciembre, Joaquina Fernández habló del daño moral que el proyecto ha generado en decenas de personas.
Numerosas vecinas afirmaron que desde que conocieron la noticia no han podido conciliar el sueño y e incluso algunas de ellas han caido en una depresión. El plan urbanístico afecta en su mayor parte a viviendas de personas jubiladas. Varios de los ciudadanos que viven en la calle Joaquín Poveda afirmaron a este blog que allí se prevé que se construya un aparcamiento.
Los dueños consideran que hay formas de revitalizar el centro sin que les quiten sus viviendas."En muchos sitios hacen aparcamientos subterráneos y aquí ni se lo han planteado. No decimos que no hagan el proyecto, sino que busquen alternativas para perjudicar lo menos posible" en palabras de María Salud Torelló, comerciante de la zona de Luvi.
Virginia García es una mujer de 65 años que perderá la casa en la que vive desde que nació. Ella piensa que "el Ayuntamiento quiere quedar bien y por eso dicen que no nos expropiarán. Nos tendremos que conformar con lo que nos den porque de otra forma lo perderemos todo. Y lo peor es que ellos quedarán como si hubiesen actuado de la mejor manera".
En el área situada frente a la Explanada, los vecinos tampoco entienden por qué deben derribar sus inmuebles para hacer un patio interior cuando en los alrededores hay numerosas zonas verdes infrautilizadas.
Los afectados han constituido una plataforma para manifestarse en contra del proyecto y pedir al Consistorio que valore su situación. Aseguran estar dispuestos a reivindicar sus derechos e incluso realizar actos de protesta para exigir que modifiquen la rehabilitación del centro de la ciudad. Los propietarios de las fábricas de la zona afectada están convencidos de que esta demolición también les perjudicará y agravará su particular crisis industrial.
En la sesión plenaria del pasado 23 de diciembre, Joaquina Fernández habló del daño moral que el proyecto ha generado en decenas de personas.
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